lunes, 16 de julio de 2012

Anton Chejov: "Una perra cara"


(Ucrania, 1860 - Alemania, 1904)




El maduro oficial de infantería Dubov y el voluntario Knaps, sentados uno junto a otro, bebían unas copas.
—¡Magnífico perro!... —decía Dubov mostrando a Knaps a su perro Milka—. ¡Un perro extraordinario!... ¡Fíjese, fíjese bien en el morro que tiene!... ¡Lo que valdrá sólo el morro!... Si lo viera un aficionado, tan sólo por el morro pagaría doscientos rublos. ¿No lo cree usted?... Si es así, es que no entiende nada de esto.
—Sí que entiendo, pero...
—Es setter. ¡Setter inglés de pura raza! Para el acecho es asombroso, y como olfato... ¡Dios mío!... ¡Qué olfato el suyo! ¿ Sabe cuánto pagué por mi Milka cuando no era más que un cachorro?... ¡Cien rublos! ¡Soberbio perro! ¡Ven acá..., Milka bribón, Milka bonito!... ¡Ven acá, perrito..., chuchito mío... !
Dubov atrajo a Milka hacia sí y le besó entre las orejas. A sus ojos asomaban lágrimas.
—¡No te entregaré a nadie..., hermoso mío..., tunante! ¿Verdad que me quieres, Milka? Me quieres..., ¿no? Bueno, ¡márchate ya! —exclamó de pronto el teniente—. ¡Me has puesto las patas sucias en el uniforme! ¡Pues sí, Knaps!... ¡Ciento cincuenta rublos pagué por el cachorro! ¡Desde luego ya se ve que los vale! ¡Lo único que siento es no tener tiempo para ir de caza! ¡Y un perro sin hacer nada se muere!... ¡Le falta... sobre qué utilizar la inteligencia!... ¡Cómpremelo, Knaps! ¡Me lo agradecerá usted toda la vida! Si no dispone de mucho dinero, se lo dejaré por la mitad de su precio... ¡Lléveselo por cincuenta rublos!... ¡Róbeme ... !
—No, querido —suspiró Knaps—. Si su Milka hubiera sido macho—, quizá lo comprara, pero...
—¿Que Milka no es macho? —se asombró el teniente—. Pero ¿qué está usted diciendo, Knaps?... ¿Que Milka no es macho? ¡Ja, ja!... Entonces, ¿qué es según usted? ¿Perra? ¡Ja, ja!... ¡Qué chiquillo! Todavía no sabe distinguir un perro de una perra!
—Me está usted hablando como si yo fuera ciego o una criatura —se ofendió Knaps—. ¡Claro que es perra!
—¡A lo mejor también le parece a usted que yo soy una señora!... ¡Vaya,vaya.... Knaps! —¡Y decir que ha cursado usted estudios técnicos!... No, alma mía. Este es un auténtico perro de pura casta. ¡Es capaz de dar ciento y raya a cualquier otro perro, y usted me sale con que no es perro! ¡Ja, ja... !
—Perdóneme, Mijail Ivanovich, pero me toma usted sencillamente por tonto. ¡Hasta me ofende!
—Bueno, bueno... Pues nada, entonces... No lo compre si no quiere... ¡A usted es imposible hacerle comprender nada! ¡Pronto empezará usted a decir. que en vez de rabo tiene una pata!... Pero nada ... ¡A usted es a quien quería yo hacer el favor! ¡Vajrameev! ... ¡Trae coñac!
El ordenanza trajo más coñac. Los dos amigos llenaron sus vasos y quedaron pensativos. Transcurrió media hora en silencio.
—¡Y después de todo..., vamos a suponer que fuera perra!... —interrumpió el silencio el teniente mirando sombrío la botella—. ¿Qué importancia tendría eso?... ¡Mejor para usted!... Le daría cachorros, cada cachorro no valdría menos de veinticinco rublos. ¡Se los compraría cualquiera, encantado! ¡No sé por qué le gustan tanto los perros! ¡Son mil veces mejor las perras! El género femenino es más adicto y más agradecido... Pero bueno, en fin..., si tanto miedo tiene usted al género femenino, ¡quédese con ella en veinticinco rublos!
—No, querido. No le pienso dar ni una kopeka. En primer lugar, no necesito perro, y, en segundo, no tengo dinero.
—Eso podía usted haberlo dicho antes... ¡Milka! ¡Largo de aquí!
El ordenanza sirvió una tortilla. Los amigos se pusieron a comerla y la terminaron en silencio.
—¡Es usted un buen muchacho, Knaps! ¡Un muchacho cabal! —dijo el teniente, limpiándose los labios—. ¡Qué diablos! ¡Me da lástima dejarle así! ¿Sabe usted una cosa?... ¡Llévese la perra gratis!
—Pero ¿para qué la quiero yo, querido? —dijo Knaps con un suspiro—. Y además, ¿quién me la iba a cuidar?
—¡Bueno, pues nada, entonces!..., ¡nada!.... ¡qué diablos! ¿Que no la quiere usted?... ¡Pues no se la lleva! Pero ¿adónde va usted?... ¡Quédese un ratito más!
Knaps se levantó desperezándose y cogió su gorro.
—Ya es hora de marchar. Adiós —dijo, bostezando.
—Espere, entonces. Le acompañaré.
Dubov y Knaps se pusieron los abrigos y salieron a la calle. Anduvieron en silencio los cien primeros pasos.
—¿No se le ocurre a quién podría yo dar la perra? ¿No tiene usted a nadie entre sus conocidos...? La perra, como ha visto usted, es bonísima..., y de raza..., pero yo no la necesito para nada.
—No se me ocurre, querido. En realidad, ¿qué conocimientos tengo yo aquí?...
Hasta llegar a la misma casa de Knaps, caminaron los amigos sin pronunciar palabra. Sólo cuando al abrir la puerta de la verja Knaps estrechó la mano a Dubov, éste tosió y con alguna vacilación dijo:
—¿Sabe usted si los perreros de la localidad aceptan perros?
—Es posible que los acepten, pero con seguridad no se lo puedo decir.
—Mañana la mandaré allá con Vajrameev. ¡Al diablo con la perra! Por mí, que la desuellen..., ¡maldita, asquerosa perra! ¡Por si fuera poco que ensucie las habitaciones, ayer en la cocina se zampó toda la carne!... ¡Canalla! ¡Y si siquiera fuera de buena raza!... ¡Pero no es más que una mezcla de perro callejero y de cerdo! ¡Buenas noches!
—Adiós —dijo Knaps.
La puerta de la verja se cerró y el teniente quedó solo.




    • Herminia Lægreid Vamos a ver qué tenemos que decir de este cuento. Vayan leyendo y comentando.
    • Herminia Lægreid Para empezar vamos a observar la puntuación en el texto.
    • Herminia Lægreid Miren los puntos suspensivos.
    • Herminia Lægreid Pregunta: Por qué usa los puntos suspensivos??
    • Susana Beatriz Fondado Creo que los puntos suspensivos enfatizan que la frase continua, pero le da tiempo para decir lo siguiente ¿Estoy equivocada?
    • Luz Stella Tejada Moncada veo que se usan los puntos suspensivos, para dar entonación al diálogo entre los dos. es decir resalta la conversacion de uno... y del otro, como tambien las cualidades,
    • Herminia Lægreid Son silencios. El uso de los dos puntos en los diálogos pueden marcar las pausas más largas.
      17 de Julio a la(s) 9:43 ·  · 1
    • Herminia Lægreid El guión marca el cambio de hablador usando punto y aparte. Y la interrupción del narrador sin puntuación alguna entre lo que dice el personaje y el narrador, cuando el narrador explica como ha dicho esas cosas. Ahora bien si solo interrumpe y luego el hablador sigue con su discurso, entonces el primer guión va sin puntuación alguna pero el último va seguido de punto.
      17 de Julio a la(s) 9:55 ·  · 1
    • Herminia Lægreid USO DEL GUIÓN PARA SEPARAR LOS DISCURSOS DE AMBOS PARTICIPANTES EN EL DIÁLOGO. EJEMPLO EN EL TEXTO. —Sí que entiendo, pero...
      —Es setter. ¡Setter inglés de pura raza! Para el acecho es asombroso, y como olfato... ¡Dios mío!... ¡Qué olfato el suyo! ¿ Sabe cuánto pagué por mi Milka cuando no era más que un cachorro?... ¡Cien rublos! ¡Soberbio perro! ¡Ven acá..., Milka bribón, Milka bonito!... ¡Ven acá, perrito..., chuchito mío... !
      17 de Julio a la(s) 9:57 ·  · 1
    • Herminia Lægreid USO DEL GUIÓN CUANDO EL NARRADOR EXPLICA COMO LA SITUACIÓN, EL MODO O LA CIRCUNSTANCIA EN QUE SE HAN DICHO LAS PALABRAS: —Ya es hora de marchar. Adiós —dijo, bostezando.
    • Herminia Lægreid EJEMPLO DE USO DE GUION CUANDO EL NARRADOR INTERRUMPE Y LUEGO CONTINÚA EL DISCURSO: —Pero ¿para qué la quiero yo, querido? —dijo Knaps con un suspiro—. Y además, ¿quién me la iba a cuidar?
      17 de Julio a la(s) 9:59 ·  · 1
    • Herminia Lægreid Espero que Chejov nos sirva para usar el guión perfectamente.
    • Herminia Lægreid Siguiente pregunta: ¿ Por qué está el texto lleno de exclamaciones?
      17 de Julio a la(s) 10:01 ·  · 1
    • Mardy Mesén Rodríguez Porque es un diálogo supongo, siento que refuerza la intención del estado ánimo entre el oficial y el voluntario, es como el termómetro de la acción.
    • Victoria Liberona Alvear los puntos suspensivos se usan para poner suspenso escomo que la frase la deja en el aire y luego la hilvana con lo que sigue, que es como una explicación de lo que dijo.
    • Victoria Liberona Alvear losde esclamación para dar enfasis a la frase
    • Victoria Liberona Alvear vaya ya lei lossuspensivos son silencios y los dos puntos pausas largas y el guion para separar klos discursos de los hablantes.
    • Ana Maritza de Schwarzl Este cuento de Chéjov es un diálogo entre teniente y voluntario, por eso usan mucho los guiones para para dar paso a cada interlocutor, hay muchas exclamaciones !! y puntos suspensivos .... para dar énfasis a lo dicho. Realmente es un excelente ejemplo de aprendizaje. Gracias!
    • Herminia Lægreid El teniente quiere vender la perra. Es normal que enfatice para subrayar las maravillas del animal.
    • Herminia Lægreid Pero si observamos cada vez que habla el teniente hay signos de exclamación. No es por lo tanto un comentario tranquilo entre dos hombres en el que uno quiere vender un perro. El teniente habla exaltado todo el tiempo. Intenta mentir al principio. Decir que la perra es un magnífico perro de raza y venderlo caro. Exagera exaltando los valores del animal. Podría hacerlo tranquilamente, sin signo de admiración. Acaso revela este modo de hablar la personalidad del teniente??
    • Herminia Lægreid Busquen también las interrogaciones retóricas, hay algunas en el texto.
    • Victoria Liberona Alvear Se ve claramente la personalidad de el personaje engañoso mentiroso y que cree poder deshacerse de la perracon engaños mala leche.
    • Emilia Marcano Quijada perdón, no estoy segura pero tal parece que estuviera borracho. alterna exclamaciones con balbuceos, es lo que me sugiere la puntuación.
    • Aleyda Cruz Para mi, los puntos suspensivos son el espacio designado para la imaginación del lector.
      El jueves a la(s) 0:32 · 
    • Patricia Martin Para mí,los puntos suspensivos,permiten entrever,a ojos del lector,más desde adentro la escena que se va desarrollando;como dice Aleyda,creo que actúa sobre la imaginación, de quien va leyendo...Respecto a las preguntas retóricas,creo que éstas,corresponden con ese tipo:1º)" ¿No lo cree usted?... Si es así, es que no entiende nada de esto".2º)"¿ Sabe cuánto pagué por mi Milka cuando no era más que un cachorro?... ¡Cien rublos!"...
      El jueves a la(s) 7:46 · 



3 comentarios:

  1. Soy Ana María Vílchez
    Es un texto rico en signos.
    Para mí es un diálogo por eso el uso de los guiones.
    Utilizan los tres puntos para darle a la lectura algo de asombro y misterio para imagirnarnos algo más.Pero no sé me parece algo exagerado su uso.
    El uso de la coma creo que en ocasiones no va despues de la (y).
    Esta es mi apreciación.

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  2. Soy Adriana Lamela

    Estamos de acuerdo en que se trata de un diálogo Y lo que a simple vista me impresiona es el ABUSO de los puntos suspensivos. Creo que lograr el efecto de pausas en la lectura no siempre tiene que ver con "puntear" sino que esa suspensión debe llegar más naturalmente al lector en el diálogo.-

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  3. El cuento es una critica social. Me parece que la historia es una buena analogía del trato de los hombres machistas y sus ideas sobre las mujeres, las perras.

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