Canciones y cantigas de Ángela Genoveva Henríquez, elegidas las mejores por las participantes en el taller literario "Poesía soy yo"
(tarea 14-21 Agosto)
VENGANZA – CANCION DE ODIO-
La noche era lóbrega y sombría,
un cuchillo de plata hirió su boca,
un grito desgarró el amor materno,
su hijo la llamó en su última hora.
La traición cercenó la joven vida
lo gritan las montañas y las rocas.
Los buitres le trajeron el cadáver,
su sangre derramada eran rosas,
sus lágrimas clamaron la venganza,
en el alba su estampa era llorosa.
La traición cercenó la joven vida
lo gritan las montañas y las rocas.
La madre cabalgó sobre los vientos
y encontró al ingrato en una yola.
Su afilada navaja dio en el blanco,
Y la aurora le puso una corona.
La traición cercenó la joven vida
lo gritan las montañas y las rocas.
ANGELA GENOVEVA HENRÍQUEZ
ROSA DE MARZO. CANCIÓN DE AMOR
Van aromando la senda,
retozan con los guijarros,
acariciando los árboles
su amor bendice los ramos.
Es primavera florida
cantan las rosas de marzo.
El mozo y ella se besan
entre fragancia de nardos,
su amor corre hacia los ríos
entre hermosos lirios blancos.
Es primavera florida
cantan las rosas de marzo
su amor infinito vuela
en alas sobre el arado,
en los arroyos las perlas
relumbrarán en los prados.
Es primavera florida
cantan las rosas de marzo.
La noche es rosa de nácar,
canta el tomillo rosado,
como el beso de los mozos
que huele a canela y clavo.
Es primavera florida
cantan las rosas de marzo
ÁNGELA GENOVEVA HENRÍQUEZ
HUMO NEBLINOSO- CANCIÓN DE PROTESTA-
La campiña rebosa de dulzura,
por la lluvia que colma sus manglares
con la humedad que aleja de su entorno
el fuego que destruye sus ramajes.
El aire cristaliza la esperanza,
de la sierra que mira con ternura,
el verdín de las piedras del pantano,
de ríos destruidos por la usura.
El viento trae un humo neblinoso,
olor caliente de árboles quemados.
Con su crueldad fatal, un bandolero,
asesinó el verdor de mi arbolado.
El caserío del bosque se resiente
por el temor que sienten los frutales,
el ciervo dormitó en la galería
y la luz espejea los ventanales.
ANGELA GENOVEVA HENRÍQUEZ
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