Se lleva el tiempo agorero
las horas y los minutos
para desvestir los lutos
de tu adiós sepulturero.
Mis lágrimas los reversos
la llaga de mi costado
de negro me ha pincelado
uno por uno mis versos.
Ay del amor que se ha muerto
ay del negro de mis ojos
ay de aquellos labios rojos
en mi corazón abierto.
De tu mal yo no me alegro
pues yo, que te quise tanto
te brindo de mi quebranto
negro llanto, llanto negro.
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