Cómo vencer tu fuerza, tu conjuro,
esta sed que me abrasa desde adentro,
tan sólo con pensar en ti, renuncio
al cielo si existiera por tu boca.
Tu placer es el amo de mi noche,
los jazmines calientes de tus besos,
veneno y ambrosía, amante mío.
Me enamoré de ti, lo supe siempre.
Ciega con mi pasión, martirizada,
engaño mi verdad, amor sin nombre
y a solas te poseo, aquí en mi lecho.
Te amo como loca, mi cordura
es árbol sin raíz, hombre de fuego
y no saben mentir mis ojos tristes.
II
Tanto tiempo esperé
consumida en mis llamas,
tu suspiro, tu noche,
romper la soledad.
El reloj de la angustia,
-nácar del mismo infierno-
que mi voz se hizo manos,
dedos como de agua,
uñas rasgando el aire,
grito de golondrinas,
nubes sobre el crespúsculo,
-!ay su boca de fresa!-
sólo aliento en tu busca,
porque sin ti soy nada.
Gracias Herminia!
ResponderEliminarUn honor y un placer ver aquí mis poemas.
Tu amistad me honra, doy gracias a la vida por ello.(Sé que un día te lo diré frente a frente)
Un fuerte abrazo!